Escena de "Maguey", parte del film "Que Viva México" (1930-1932)
Fue un proyecto alternativo tras la serie de Intentos frustrados que Eisenstein hizo para poder realizar alguna obra fílmica en el Hollywood de comienzos del sonoro.
Contando con el respaldo financiero del escritor izquierdista Upton Sinclair, a quien había conocido por mediación de Charles Chaplin, Eisenstein partió de la estación ferroviaria de Hollywwod rumbo a México; antes de ello, respondió lo siguiente a un periodista de Los Angeles Times: “México es primitivo, apegado a la tierra. El mensaje que propone puede dar por sí solo material para muchas películas.
Eisenstein y su equipo llegaron a la capital mexicana el 8 de diciembre de 1930 con el objeto de realizar un documental al que se pensaba titular Vida de México (Life of Mexico): en el contrato firmado con Sinclair se establecía claramente que, quizá para evitar problemas con la censura del país anfitrión, el film debía ser "apolítico" y digno de la reputación del cineasta "y de su genio". Sin embargo, en sus primeras declaraciones a la prensa mexicana, afirmó categórico: “Vengo a México a hacer una película sobre este país, de cuyo pueblo y de cuyo arte soy un gran admirador. Iremos a todos aquellos sitios que se haga necesario, como lo hacemos en las cintas rusas, y así obtendremos lo que deseamos, sin adulteraciones ni fingimientos”.
Según sugiere el propio Eisenstein, su admiración e interés por México se remontarían a los años de infancia y, más concretamente, a la época de juventud, época en la que conoció los relatos de John Reed sobre la Revolución Mexicana.
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