Fuente: Internet |
Para ese entonces, con los avances tecnológicos que existían en esa época, lograron traer a México revistas y artículos de moda que provenían de Francia, los cuales fueron adquiridos inmediatamente por la alta sociedad, la cual no perdió tiempo en buscar modistos y sastres expertos en clonar y confeccionar los modelos que se encontraban en las páginas de estas extraordinarias revistas.
Se acostumbraba usar crinolinas y grandes estructuras con un armazón que debería ser lo demasiado fuerte para poder soportar una falda de hasta tres metros de diámetro y de casi treinta metros de tela.
Había algunos detalles o accesorios que se usaban durante el día, como las mantillas, que utilizaban especialmente las damas para ir a misa; estas mantillas eran algo similar a las españolas. También se usaban velos de seda para las más jóvenes.
Era muy complicada la elaboración de estos majestuosos vestidos, ya que no existía una maquiladora o una industria textil lo suficientemente especializada en la elaboración de dichos modelos, por eso mismo era que las telas en su mayoría eran de importación, y los vestidos se confeccionaban copiando los modelos parisinos, por costureras nativas.
Por: Imaginantes*
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